Ridícula

Ella le había servido 

una porción de chocolate

con el café de la mañana

y él con desprecio la llamó "ridícula".

Sí, ridícula era su vida, pensó:

como el grano de arena en un desierto,

como el árbol en un bosque,

como la estrella en una galaxia,

como la célula en un organismo.

Sí, era ridícula 

como la gota de arsénico 

en una taza de café.


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